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jueves, 11 de junio de 2020

Víctimas de la escritura.

junio 11, 2020 0 Comments


     La Escritura -como todas las artes, queridos hijitos- es una amante cruel y sin corazón. Es más que probable que ella jamás te dé nada. Ni satisfacciones personales, porque siempre te hará pensar que puedes hacerlo mejor, que no te has esforzado bastante, que puedes darle aún más. Pero eso sí, exigirte, ella te exigirá TODO. Tus pensamientos, tus noches, tus días, tus sentimientos, tus emociones... no habrá situación en tu vida, por alegre o penosa que sea, en la que no aparezca el pequeño demonio de la Escritura para tomar nota de ella. Para sorber tus lágrimas y alimentarse de tu dolor o de tu risa, porque todo puede molerlo, hacerlo harina y usarlo para rebozar historias más tarde. Por eso, la Escritura se cobra víctimas. Víctimas que a los que ya llevamos un tiempo dedicados a ella, nos dan cierta compasión, no tanto por su dulce ingenuidad, como por ser conscientes de que no podemos hacer absolutamente nada para evitarles el tortazo que, sin duda alguna, se darán. Veamos algunos ejemplos:


     —Los poetas sensiblérrimos: la mayoría no tienen aún edad de votar, pero ya lo saben todo sobre la vida, el amor, la muerte, el sufrimiento y el dolor. Eso de la métrica es algo que hacían los viejos, ellos vienen destinados a revolucionar el arte poético y pueden hacer un verso de diecisiete sílabas y otro de cuatro, juntar así veintidós versos y soltarte con toda su cara que es un soneto. Y si se te ocurre protestar, eres un desagradable que no sabes de arte. Les gusta hablar del amor verdadero y decir que nunca amarán a nadie más porque el objeto de su calentón amor les ha dicho que no le gusta la pizza de anchoas o que no se piensa hacer vegano. Ellos y sólo ellos conocen las desdichas del amor traicionado y necesitan de expresiones como "frío mar de dolor insondable" o "arrojado al abismo de traición irreparable". Sólo saben rimar en adjetivos como esos, en participio o en infinitivo. 

     —Los cultos e inteliJentes: son los que usan palabros cuyo significado sólo les suena o incluso desconocen por completo, pero quedan bien en el texto y ellos piensan que les hacen quedar bien a ellos. La pega es que frases como "el estocástico dormitorio de Helen, dulce como un cenotafio, proyectaba ínclitas emociones en el ubérrimo y gañante corazón esternocleidomastoidéico de Stephan, y súbitamente...", no sólo duermen al lector (le confundirían también, pero no da tiempo a tanto), también le provocan risa. O "accesos de ruidosa hilaridad", si lo prefieren. 

     —Los intensitos: son los que sólo pueden hablar de sí mismos y de lo geniales que son. Cualquier tema de conversación que se saque, desde el retraso del tren a la lista de la compra, les empujará sin remedio a sacar a colación el último cuento que han escrito, esa primera poesía con la que quedaron en "selección de finalistas" en cuatro de básica, o esa novela que llevan dos semanas preparando y que ya están a punto de acabar. Es imposible tener con ellos una conversación normal, a no ser que les amordaces y les esposes las manos a la espalda (si no lo haces, te hablarán por señas). 

     —Los cambiamundos: sujetos bientencionados que pretenden recuperar el género perdido de la fábula, solo que sin rima, sin animales, sin humor, pero con mucha moraleja. Demasiada. Excesiva. Vale, más que Enyd Blyton y Coelho en una noche loca. Piensan que con sus palabras van a hacer reflexionar a los malvados y estos correrán a corregir sus defectos con una luz nueva en el corazón. Se les conoce porque son esos que hacen los textos que te manda tu tía Leovigilda por Facebook, sí, esos de "la hija ignoró a su madre y se fue de fiesta, y su madre se quedó llorando y llorando, y cuando la hija volvió su madre había muerto, y la joven se arrepintió mucho, mucho, y...". Como escriben para "sacar lo bueno del corazón de todos", parece que es un crimen hacerles la menor crítica. Si no quieres jaleos con ellos, limítate a escribir "amén", y con eso ya se quedan contentos para todo el día. 

     —Los futuros best-seller: aquellos que, como han visto a una presentadora o a un futbolista sacar un libro, están convencidos de que escribir es facilísimo y cualquiera que haya terminado el segundo de básica puede hacerlo. Claro está, ignoran por completo el concepto de "negros literarios" y tampoco les importa. Así que se gastan una pasta gansa en un ordenador portátil diciéndose a sí mismos (o a sus padres) que "no es un gasto, es una inversión", abren el procesador de textos y empiezan una historia acerca de un niño mago que encuentra un secreto milenario en el Vaticano que puede causar el fin del mundo... un tiempo variable después (días en la mayor parte, semanas en otros), el futuro best-seller quedará aparcado para siempre y usará "la inversión" para jugar al Chuzzle que venía preinstalado. 


    Sí, lo reconozco, hoy se me ha derramado el sarcasmo y lo sé. Generalmente no soy tan cáustica, y cuando lo soy, no lo publico. Pero, la verdad, ¡me he quedado más a gusto...!



domingo, 17 de mayo de 2020

No soy poeta.

mayo 17, 2020 0 Comments

          No soy poeta. Nunca lo he sido, ni he querido serlo. Nunca me ha dicho nada la poesía, salvo que hablemos de Bécquer, Quevedo... o Javier Krahe. He detestado la métrica y el andar contando silabitas, y he visto la poesía como una rama literaria excesivamente cercana a las matemáticas como para gustarme. Para mí, siempre había más sinceridad en un párrafo escupido sobre el papel tal como te salía de dentro, que un montón de versitos que uno había tenido que contar y hacer malabarismos con ellos hasta que dieran once exactos para un soneto, rimar de una forma determinada y tener que atenerse a un número de sílabas prefijadas. Siempre he visto la poesía como un encorsetamiento de la creación artística y de los sentimientos del escritor, y no me cabía en la cabeza que nadie pudiera querer escribir algo semejante salvo para hacer canciones. 

       Teniendo en cuenta todo esto, podéis haceros una idea de cuánto me avergüenza pensar que una vez vi un pajarillo muerto, que sin duda se mató al caerse del nido y me recordó a mi hermana, fallecida un año antes, y mi cerebro se disparó y...


Pequeño, trino pequeño,
salúdala de mi parte
hoy, cuando llegues al cielo
dado que tú, como ella,
subiste allí antes de tiempo. 

El asfalto duro y frío
hizo pedazos tus sueños.
Abandonado en la acera,
solito, trino pequeño

Búscala por mí esta tarde
cuando subas hasta el cielo.
¡Salúdala de mi parte,
pequeño, trino pequeño!


      Esto podría ser algo bonito si lo escribiera mi sobrina, que entonces tenía once años. Si lo escribo yo, da vergüenza ajena. Pero son cosas que siguen doliendo si me las trago, así que vamos a probar a vomitarlas, a ver si así duelen menos. 

     Eso sí; como alguien se ría, que se calce, que le sacudo con todo lo gordo (o sea, el Larousse ilustrado) de canto por el lado del pico. Yo aviso. 

domingo, 19 de abril de 2020

Las hermanas Gilda

abril 19, 2020 0 Comments


       Hermenegildo y Leovigildo. Si estos nombres no os dicen nada, ni os sale continuar con Ataúlfo, Sigerico, Recaredo y Witiza, es que tuvisteis la suerte de que no os hicieran aprender de memoria la lista de los Reyes Godos. Lista que no servía para gran cosa, aparte de para concursar en el Cesta y Puntos, pero que a todos los escolares de la república y posguerra sí que les hicieron aprender, y por eso los niños de la época reconocieron enseguida los nombres con los que el gran Vázquez había bautizado a sus nuevas creaciones: Hermenegilda y Leovigilda, las hermanas Gilda.   

No te quedes en la introducción, lee todo el artículo aquí:

https://www.koukyouzen.com/2020/04/las-hermanas-gilda.html?m=1


viernes, 27 de marzo de 2020

Crítica: Prostituto de extraterrestres

marzo 27, 2020 0 Comments



     Justicia poética. Dos palabras muy simples que encierran todas aquellas muertes cinematográficas que no sólo no nos dan ninguna pena, sino que nos hacen sentir bien. La caída de Gastón en La Bella y la Bestia, por un ejemplo, hizo que todos los niños de la sala aplaudieran y dijeran "¡Bieeeen...!". La novela que hoy nos ocupa, aplica ese concepto con tanta rotundidad, que más parece un ejercicio de psicoterapia, pero deja al lector -en ese aspecto- con una agradable sensación de bienestar, como esos sueños en los que tu cerebro te hace creer que le pegas una paliza a tu jefe. 
     
     La novela-mosaico tiene varios protagonistas, cada uno más odioso y detestable que el anterior. Del primero al último, no hay ninguno con intenciones honorables, ni siquiera neutrales, todos ellos son bajos, ruines y carentes de moralidad. Paradójicamente, todos ellos se tienen a sí mismos en elevado concepto y se creen merecedores de vidas mucho mejores. El primero al que conocemos es Mierda, un gris y fracasado empleado de una empresa de transportes, atrapado en un matrimonio con una mujer a la que ya no ama (si es que alguna vez la amó, o si es que sabe siquiera lo que es el amor, cosa que daría para otro debate), pero atrapado en un sitio mucho peor: su propia personalidad rastrera. 

     Mierda es violento, vago, machista, vicioso, repulsivo, maleducado, débil, cobarde, pusilánime... le toca todo. Pero él piensa que es inocente de todas sus desgracias, que la culpa de su situación la tiene la sociedad y muy especialmente la liberación femenina. En su bajeza, ya no mediocridad, está convencido de que si pudiera ser libre, sería el rey de su propio mundo, destacaría y sería el amo. En su deseo por conseguir esa libertad, entrará Pedo, su único amigo, y quien le admira como Ottis a Henry Lee Lucas. 

     La directa y desnuda prosa de Rafael Fernández Ezcritor nos presenta a unos personajes y una realidad que conocemos demasiado. A través de su mirada, aviesa y traviesa, vemos a esas caricaturas de seres humanos que todos hemos conocido en más de una ocasión; el asqueroso jefe incapaz de una palabra amable y cuyo único amor es el dinero, el troglodita que llama a las mujeres "chochetes" y sostiene que esta sociedad es una estafa al varón, y también la mal entendida feminista que considera que todo lo que no sea hacer su capricho es oprimirla. Por medio de su humor brutal, descarnado y en el que lo absurdo está a veces tan cercano a lo real que duele, la aventura se desgrana sin descanso, sin dar respiro al lector, y cada personaje recibe su ración de justicia poética. 

      Estamos ante una novela que no pude evitar imaginar en viñetas de cómic americano; narraciones cortas, frases breves y concisas, diálogos largos y mucha acción la hacen propicia para ese medio. No obstante, la facilidad de su lectura no implica que sea de fácil digestión; no se trata de ninguna novelita barata ni de algo que vaya a desaparecer de tu mente a la mañana siguiente. Es más bien una paliza emocional, un bofetón anímico en el que se nos muestra la realidad en toda su crudeza, deformada por el espejo del humor cínico, pero realidad a fin de cuentas. Con personajes que parecen una parada de monstruos de la feria, a los cuales miramos primero con curiosidad lectora, y entre los que atisbamos después casi con terror, temiendo encontrar en ellos a nuestro propio arquetipo. 

     Prostituto de extraterrestres es una novela para reír, sí, pero con esa risa que se queda unos minutos en tus labios y muchos días en tu cerebro, y eso es lo que la hace tan fascinante: su manera de hacernos pensar. Como supondréis, no sólo la recomiendo, sino que dudo que sea lo último que lea de este autor. 

     Nota importante: ¡manténgase fuera del alcance de los niños y de personas de ofensa fácil! Podéis conseguirla aquí:


jueves, 26 de marzo de 2020

Caramelos Negros

marzo 26, 2020 0 Comments

   Caramelo Negro: dícese del cuento de humor negro o terror moderado que se compone de sólo tres líneas de diálogo o dos líneas de diálogo y una de narración. Su argumento se apoya en el título, que deberá ser revelado sólo al final del cuento para conseguir el golpe de efecto. Por su brevedad, justeza, elevado aporte de simpatía y nulo valor literario se les da el nombre de "caramelos", en paralelismo con el caramelo gastronómico, que tampoco tiene valor nutricional, pero es rico para comerlo.  (Diticcionario).

     Y como las cosas se entienden mejor con un ejemplo, aquí va uno:

     —¿Cómo se te ocurre? ¡Daaame eso!
     —¡Tú dijiste que jugáramos a cualquier cosa!
     —¡Sí, pero no a las tabas!

     ("Los hijos del sepulturero se aburren".)



     —¿

jueves, 19 de marzo de 2020

Resultados del sorteo

marzo 19, 2020 0 Comments

    Bien, se terminó el sorteo, y los agraciados fueron:

Wayfarer.
Literalmente.
Korai.

   ¡Mil enhorabuenas! Espero de corazón que el libro os guste muchísimo. A todos aquellos que no han tenido suertecilla, que no se preocupen, ¡habrá más sorteos! Seguidme y lo comprobaréis. Y si no podéis aguantar la intriga, os recuerdo que el Tentaciones sigue a precio reducido, ¡sólo 1.56€ y GRATIS con Kindle Unlimited!

   https://www.amazon.es/Tentaciones-Dita-V-Delapluma-ebook/dp/B085M3XNX3/ref=tmm_kin_title_0?_encoding=UTF8&qid=1584618232&sr=8-2-fkmr0



sábado, 14 de marzo de 2020

¡SORTEAZO!

marzo 14, 2020 0 Comments

     Todos estamos de cuarentena y ya sabemos que eso de no poder salir de casa, puede llegar a hacerse algo aburridillo. Por eso, para que no sólo no nos pese quedarnos en casa sino que incluso lo deseemos, mi nuevo libro, Tentaciones, va a quedarse a precio reducido durante esta etapa. Pero eso no es todo... 

    Además, vamos a sortear tres refulgentes ejemplares del mismo, para que disfrutéis de él totalmente gratis. ¿Y cómo?

    Muy simple: lo único que tenéis que hacer es seguirme en twitter y retwittear el aviso del sorteo que allí encontraréis. Cada seguidor recibirá un número de sorteo, que podréis ver aquí y en twitter. El próximo jueves, día 19 de Marzo haré el sorteo mediante random.org, cuyo vídeo subiré para que podáis verlo, y publicaré los ganadores tanto allí como aquí en mi blog, y los agraciados recibirán una copia digital del Tentaciones para que disfruten de la lectura y de... todo lo demás. 

Así que ya sabéis: tres ejemplares digitales el jueves 19 de Marzo, ¡sólo a cambio de que me sigáis y retwittéis! ¡Suerte a todos!


martes, 3 de marzo de 2020

Ceguera temporal

marzo 03, 2020 0 Comments

     —Sufro un caso claro de ceguera temporal.

     —Oh, ¿te has enamorado?

     —¡No, he abierto el horno para ver cómo iba el pollo!

     Así de triste es la vida, señores, cuando se llevan gafas. Puedes haber publicado cinco libros -casi seis-, haber sido la mejor vendedora de pólizas durante muchos meses, la escritora mejor valorada en TodoRelatos y la pluma más certera a este lado de la carretera de Colmenar... y algo tan insignificante como una bebida caliente, te ciega por completo. 

     Bien es verdad que ante un buen té yo pierdo el mundo de vista, y no es menos cierto que a veces he deseado que el mundo me perdiese de vista a mí, pero convendrán conmigo que es un serio hándicap el tener una ralentización de al menos tres segundos con respecto al resto de mortales a la hora de abrir la puerta del horno, entrar en una habitación caliente viniendo del frío como el espía aquél, o de tomar un té. No es la primera vez que me he perdido quién era el asesino por tener las gafas llenas de niebla mientras bebía chocolate caliente disfrutando de una película. Los sufridos portadores de anteojos, gafas, antiparras y hasta monóculo se identificarán con tan intenso drama, y desde aquí me gustaría lanzar una petición a todos los ópticos del mundo: las gafas con cristales inempañables. ¿Para cuándo, señores, para cuándo unas gafas que no nos priven de preciosos segundos de contemplación y de atención a cuanto sucede a nuestro alrededor porque tenemos nuestra visual empañada como en la canción de Los Chichos, ni más ni menos, ni más ni menos? ¿Hasta cuándo deberemos padecer esta tragedia? ¿Hasta cuándo tendremos que renunciar a nuestro preciado sistema ocular y vivir en esa atroz ceguera? ¿Quousque tandem? ¿Quousque tandem? 

   En pro de unas gafas con cristales inempañables, gritad conmigo compañeros que lleváis gafas, ¡tenemos derecho a ver! ¡Tenemos derecho a ver! 


martes, 21 de enero de 2020

Ansiedad, té y otras hierbas

enero 21, 2020 0 Comments

     No sólo de pan vive el hombre, dicen por ahí. Y no sólo de literatura vive el espíritu, aunque sea para él un alimento tan básico como el pan para el cuerpo. Aquí os dejo la primera entrada a mi audioblog, que quizá os sea útil si tenéis ansiedad, depresión o si os interesa el mundo del té. Espero que os guste:



Empezando.

enero 21, 2020 0 Comments

     "Comienza por el comienzo, continúa por la continuación, y finaliza por el final" (Alicia en el País de las Maravillas, habla el Rey de Corazones).

   Dicho así, parece una perogrullada, pero la frase encierra mucha verdad. Todo lo que emprendemos necesita un comienzo, y éste será el mío. Y diréis sin duda "oooooooootro blog literario más de alguna pedante con ínfulas de premio Nobel". ¿Y sabéis qué? Quizá tengáis razón, o quizás no, pero sólo hay un medio de averiguarlo. Y ese es leerme.

Como sólo se trata de una entradilla de estreno, no tengo mucho más que decir. Pero perded cuidado, antes llueven patatas fritas que yo me calle.