No soy poeta.
dita
mayo 17, 2020
0 Comments
No soy poeta. Nunca lo he sido, ni he querido serlo. Nunca me ha dicho nada la poesÃa, salvo que hablemos de Bécquer, Quevedo... o Javier Krahe. He detestado la métrica y el andar contando silabitas, y he visto la poesÃa como una rama literaria excesivamente cercana a las matemáticas como para gustarme. Para mÃ, siempre habÃa más sinceridad en un párrafo escupido sobre el papel tal como te salÃa de dentro, que un montón de versitos que uno habÃa tenido que contar y hacer malabarismos con ellos hasta que dieran once exactos para un soneto, rimar de una forma determinada y tener que atenerse a un número de sÃlabas prefijadas. Siempre he visto la poesÃa como un encorsetamiento de la creación artÃstica y de los sentimientos del escritor, y no me cabÃa en la cabeza que nadie pudiera querer escribir algo semejante salvo para hacer canciones.
Teniendo en cuenta todo esto, podéis haceros una idea de cuánto me avergüenza pensar que una vez vi un pajarillo muerto, que sin duda se mató al caerse del nido y me recordó a mi hermana, fallecida un año antes, y mi cerebro se disparó y...
Pequeño, trino pequeño,
salúdala de mi parte
hoy, cuando llegues al cielo
dado que tú, como ella,
subiste allà antes de tiempo.
El asfalto duro y frÃo
hizo pedazos tus sueños.
Abandonado en la acera,
solito, trino pequeño
Búscala por mà esta tarde
cuando subas hasta el cielo.
¡Salúdala de mi parte,
pequeño, trino pequeño!
Esto podrÃa ser algo bonito si lo escribiera mi sobrina, que entonces tenÃa once años. Si lo escribo yo, da vergüenza ajena. Pero son cosas que siguen doliendo si me las trago, asà que vamos a probar a vomitarlas, a ver si asà duelen menos.
Eso sÃ; como alguien se rÃa, que se calce, que le sacudo con todo lo gordo (o sea, el Larousse ilustrado) de canto por el lado del pico. Yo aviso.